Desde la Asociación hemos observado que hay tres cosas, a tener en cuenta, que pueden ayudar a no tener tantos brotes ni crisis de Fibromialgia y Fatiga Crónica. Es algo que todos sabemos; de sentido común, pero que pocos practicamos.

El controlar estos tres aspectos puede significar una mejora del 25%, según lo observado, pero sobre todo una mejora en nuestra calidad de vida:

  • La aceptación de tener una enfermedad crónica (FM o SFC).
  • Mejorar el trastorno de sueño.
  • Disminuir el estrés crónico.

autoayudaSomos conscientes de que una persona sólo aceptará un cambio en su estilo de vida si es capaz de percibir, las posibilidades y los riesgos que implicaría el no asumir este cambio en su estilo de vida. Nuestras creencias sobre la salud, permitirán modificar nuestras prácticas o conductas en relación con nuestra salud. En definitiva siempre estamos eligiendo nosotros, favorecer o empeorar una determinada situación, con las actitudes que estamos eligiendo cada día.

1) La aceptación de tener una enfermedad crónica (FM o SFC).

La aceptación de tener una enfermedad crónica (Fibromialgia o Fatiga Crónica). Es algo obvio y de Perogrullo. Todos creemos saber lo que significa, otra cosa es ponerlo en práctica.

Es fácil, reconocer que no podemos mantener el ritmo de vida ni el trabajo que hacíamos antes, otra cosa es renunciar de verdad a seguir queriendo hacer todo lo que antes hacíamos.

La vida normalmente se complica, no se simplifica. Todo el mundo a nuestro alrededor está acostumbrado a que nosotras/os podemos hacer, como siempre, todo a lo que les tenemos acostumbrados. La única diferencia es que ahora, el afectado de Fibromialgia o Fatiga Crónica, lo hace igual que antes, pero quejándose.

La aceptación de padecer una enfermedad crónica como la FM o SFC pasa por ser coherentes con lo que decimos y hacemos. Si decimos que no podemos, es que no podemos. Si forzamos la máquina, para buscar la aprobación de los demás o el afecto de nuestros seres queridos, el cuerpo nos pasará factura. Tendremos más crisis y más brotes de FM  o SFC. Consecuencia directa; estaremos peor, con más dolor y más fatiga.

La aceptación pasa por aprender a vivir de otra forma. Renunciar a un sistema de vida, que ya no podemos mantener, que nos exige demasiado y nuestro cuerpo no puede mantener el ritmo. Tenemos que ser conscientes de nuestras propias limitaciones. Si no escuchamos a nuestro cuerpo y forzamos la maquinaria, evidentemente tendremos más dolor y más fatiga. Debemos aprender a bajarnos del caballo en el momento adecuado y no esperar a que el caballo nos tire al suelo. Si solo no puedes, acude a la Psicóloga.

Todos y cada uno, sabemos perfectamente qué es lo que estamos haciendo mal y qué es lo que estamos haciendo bien. Es cuestión de elegir.{mospagebreak}

2) Mejorar el trastorno de sueño.

Casi todos los afectados nos levantamos más cansados que cuando nos hemos acostado. La sensación de la mayoría es despertarnos como si un camión nos hubiera pasado por encima durante la noche.Se ha comprobado, que en los enfermos de Fibromialgia y Fatiga Crónica, mejorar el trastorno de sueño ocasiona directamente una disminución del dolor en la FM y menor fatiga en el SFC.Hay miles de productos para ayudar a las personas en los casos de trastornos de sueños. No vamos a entrar en los nombres comerciales ni en recetas milagrosas. Cada uno conoce su cuerpo mejor que el médico, y lo que va bien a uno no siempre va bien a otro. Por ello, recomendamos consultar con profesionales adecuados y buscar asesoramiento hasta encontrar el método o el producto que le va bien a cada uno. Lo que está claro es que desde la Asociación defendemos que se debe uno ayudar con lo que sea necesario para descansar por la noche; sea medicina ortodoxa, alternativa, un baño caliente o un vaso de leche antes de acostarse. Cada uno elige.

3) Disminuir el estrés crónico.

Hay dos partes del Sistema Nervioso Autónomo que regulan todas nuestras funciones: el Simpático y el Parasimpático. El primero activa la “tensión”, y el segundo la “distensión”.

En la época de nuestros antepasados cavernícolas cuando se armaba una discusión, en ambas partes, se activaba el sistema simpático (descarga de adrenalina, aumento de la frecuencia cardiaca, de la presión arterial, del azúcar en sangre, etc…) todo dispuesto para la lucha o la huída. Entonces se daban unos cuantos garrotazos y uno quedaba de pie y el otro huía o estaba tirado en el suelo (éste, evidentemente no tenia razón; ya que perdía).

Lo interesante es que en el ganador, una vez que terminó la contienda, entraba en acción el sistema parasimpático, gracias al cual todo su organismo volvía a su nivel normal. Empezaba a segregar acetilcolina y eso bajaba la frecuencia cardiaca, la presión arterial, etc.

Hoy en día no podemos resolver nuestras diferencias a base de garrotazos. No podemos darle un garrotazo a nuestro jefe, al cretino que se cruza en nuestro camino, etc. Por lo tanto ante cada ”encontronazo” o “contratiempo” se pone en marcha el Sistema Simpático y como no hay resolución del problema, la segunda fase normal; el Sistema Parasimpático no comienza a funcionar nunca, o funciona mal. A este estado se le llama “estrés crónico”.

Mientras uno es joven y tiene salud, a la noche consigue relajar el organismo de forma automática, con lo cual uno se recupera para poder aguantar el siguiente “chutazo” de adrenalina al día siguiente. Pero cuando uno se hace mayor o padece alguna patología como la Fibromialgia o la Fatiga Crónica, el parasimpático parece que apenas funciona. Ya no segregamos acetilcolina en la cantidad necesaria, y no volvemos al estado de reposo normal. Es como si en nuestro coche pisáramos el acelerador, pero no nos funcionaran los frenos. Por lo tanto nos quedamos con el sistema hiperactivado, segregando continuamente adrenalina como si todo el día y toda la noche estuviéramos en una situación de alerta máxima. El organismo no vuelve solo, de forma automática, a su estado de reposo.

En los afectados de Fibromialgia y Fatiga Crónica lo que hay que tener en cuenta es que nuestros “frenos” biológicos no funcionan bien. Por lo tanto debemos evitar situaciones que disparen el acelerador y promover situaciones que disminuyan el estrés crónico.